Por esas fechas el grupo se acerca a los 150 miembros contando animadores, y el trabajo de coordinación y sobre todo de animación es muy intenso. A partir de los años 80 se crea un nuevo marco de las asociaciones juveniles, los animadores scouts siguen luchando por mantener la llama del compromiso activo con la sociedad valenciana, se participa en la Delegación, en la formación de scouters, incluso se colabora, en algunos casos de manera decisiva en la creación de nuevos grupos scouts como el Altair, el Iter y el Alimara. Personas de la capacidad de Nacho Urios, Jose María Güerlich, montse León, Sento Baeza y otros animadores tuvieron gran culpa de estas aventuras. Un antiguo scout de este grupo, Juan Luis Villalva, funda el grupo scout Pau.